domingo, 12 de octubre de 2014



                                                 LAS MONARQUÍAS

                                                      CAPÍTULO IX

                                        EL POLLO “ I CAN´T GET NO”


Después de desayunarse mi cuñado y Agostiño se acercaron a una perfumería de Trijueque y compraron el  kit de brochas de maquillaje más profesional  que encontraron, que incluía desde  la brocha de delineado de ojos, pasando por la de coloretes, hasta la de prebase y contornos.


Nada más llegar a la granja, mi cuñado, ardiendo en deseos, se dispuso a bajar al pozo (Desde ahora yacimiento) ataviado de su juego de brochas recién comprado. Al instante subió el pico y la pala para que no hicieran estorbo.

-         Tenga, póngalas por ahí – dijo  

Agostiño, como si hubiera visto dos cobras filipinas en  herramientas, dijo, mirándolas con repugnancia infinita:

-         ¿Le importa que baje con usted?

Mi cuñado aceptó la ayuda. Ya abajo abrió el estuche de brochas.

- ¿Cuál prefiere?
- Esta
- La del colorete. Pues yo elijo la correctora de ojos, que es un poquito más consistente.

Y ambos comenzaron a desenterrar con sumo cuidado el fósil.  No tardaron en hallar el segundo hueso. Era un pequeño cráneo con una  prolongación, como un pico, lo que desilusionó en un primer momento a mi cuñado, que esperaba  descubrir un homo antecessor, tipo al que descubriera en Ethiopia en 1974  un paleontólogo estadounidense, y al que llamaron Lucy, o al menos esperaba encontrar a un pariente carnal de los actuales habitantes de Trijueque.

-         Tal vez – dijo Agostiño percatándose de la contrariedad de su amigo – no se trate de un pájaro como a primera vista parece y se trate de un saurio con pico que se tragaba a sus presas enteras. Porque un homínido con pico… Francamente…

A continuación Agostiño extrajo lo que parecía una extremidad o pata con cuatro  dedos, uno de ellos a modo de espolón. Siguieron buscando sin encontrar una segunda pata por lo que mi cuñado, reflexionó.

-         Agostiño, creo que estamos ante el fósil de un extrañísimo animal monópedo, antecesor de los bípedos, y que por consiguiente debía  desplazarse a saltetes gracias a una portentosa musculatura.
-         ¡Qué remedio le quedaba al pobre con una sola pata! – dijo Agostiño

Al poco desenterraron la segunda pata

-         ¡Bípedo!
-         ¡Ya decía yo! Eso de caminar a saltetes…, ¡qué quiere que le diga! 

A lo que siguió el descubrimiento de una caja torácica, las vértebras  del cuello y dos nuevos y extraños apéndices sobre lo que era el lomo del animal.

-         Qué extraño ser, ¿verdad, Agostiño?, estamos ante un cuadrúpedo con dos patas arriba, y dos abajo, con lo que, perfectamente, y sin temor a equivocarnos, podríamos deducir que este animal que aquí vemos podía caminar boca arriba y boca abajo.
-         Tal vez- dijo Agostiño – y no lo digo por desilusionar, pero es posible que estas patas superiores no sean tales, sino alas.
-         Todo puede ser, Agostiño. No hay que descartar ninguna hipótesis. De cualquier modo, acabemos de desenterrarlo y subámoslo a superficie para estudiarlo con más detenimiento. Aquí hay mucha tela que cortar.

Limpiaron el fósil en el fregadero en el más absoluto silencio. Ante ellos apareció clarísimamente el esqueleto de un ave. Ambos lo contemplaron embebidos.

-         Mira, Agostiño, que si hemos encontrado un dinosaurio emplumado, un Kulindadromeus zabaikalicus, o un probetor, o…
-         Pues para mi que es un pollo. – objetó Agostiño tajante
-         Demasiado elemental, querido Agostiño.
-         Hombre, más elemental que si es un Kulindadromeus zabaikalicus, sí es, para qué nos vamos a engañar.
-         ¿Ah, sí? En ese caso, respóndame: ¿Qué hace un pollo enterrado a casi cuarenta metros de profundidad? ¿Eh?
-         Los pavos y los pollos son muy escarbadores. Se pasan el día escarba que te escarba para encontrar comida. Eso lo sabe todo el mundo.
-         Cuan simple es usted, Agostiño. Como mínimo es el polluelo de un archaeopterys.
-         Lo que usted quiera, pero de pavo no pasa
-         De cualquier modo, muchas son las preguntas que debemos contestarnos antes de llegar a conclusiones certeras. Debemos investigar. Y eso es lo que haremos desde mañana mismo: documentarnos.
-         Sí, será lo mejor
-         Pero antes de irnos a dormir, creo que lo primero que debemos hacer es dar nombre a nuestro hallazgo. Sabía usted que Lucy, el australopithecus más antiguo encontrado, debe su nombre a la canción de los Beatles, Lucy in the Sky with Diamonds?
-         Algo había oído, sí.
-         Qué le parece Agostiño, vamos, si a usted le parece bien,  si a este… a este…
-         Pollo. De momento llamémosle pollo.
-         A este pollo le llamamos el pollo  “I Can´t Get No”
-         Satisfaction. Sí, me parece acertado. Yo también soy más de los Rolling Stones.
  











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