viernes, 26 de junio de 2015

              










                                         



     EL RABO DE SCHRÖDINGER



Hoy va a permitirme, querido lector, el atrevimiento de empezar mi relato con una serie de preguntas trascendentes, con enjundia y conspicuas, muy conspicuas.

Helas aquí:

¿Quién de nosotros no ha sentido alguna vez lo que el gran escritor checo titulara: La insoportable levedad del ser?

¿Quién no ha dudado en alguna ocasión de su propia existencia, o se ha creído un ente errante, fantasmal, un simple y fugaz pensamiento perdido en la nada?

¿O quién de nosotros en algún momento, no ha pensado que está en una superpoción de estados? Es decir, vivo y muerto al mismo tiempo, como el gato de Schrödinger

¿Quién no?

¿Todos?  

¡Pues no!

Yo, no.

martes, 12 de mayo de 2015

PIEDRAS Y CARACOLAS




                                           PIEDRAS Y CARACOLAS


Serían las siete de la tarde cuando las dos mujeres vieron aparecer al hombre en la playa.

sábado, 18 de abril de 2015

FELICITAS: UNA HISTORIA DE AMOR

                                               

                                        
                              
                                                    
    Ésta es, señores, la breve historia de una pasión, de un amor arrebatado y loco. La historia de una mujer, Felicitas, que se enamoró perdidamente de un hueso de jamón.

    Hasta aquí todo normal. 

viernes, 20 de febrero de 2015

NADA QUE DECIR

                                 

Aquella noche había dormido en un hotel. Cuando llegué, Isabel, mi mujer, me abrió la puerta, me saludó sin más, y me dirigí en silencio al que, hasta esa noche había sido mi dormitorio. Mi casa

jueves, 12 de febrero de 2015

                                    
             TAL VEZ MI ÚLTIMA HISTORIA.



Debido a mi trabajo suelo viajar a menudo. Me llamo Vern Whitman  y soy  jefe de zona de  una importante firma editorial implantada en casi todo el país. La central se halla en Chicago, donde vivo.

domingo, 18 de enero de 2015

LA CITA

                                                                     
                                                           
         Era un bar pequeño, antiguo, de barriada, de bocadillo y cerveza, de partida de dominó, de  inextinguible olor  a tabaco y  fritura, y  de cierta y fija clientela. Era sábado anochecido, y los sábados por la tarde apenas entraba nadie.