EL RABO DE SCHRÖDINGER
Hoy
va a permitirme, querido lector, el atrevimiento de empezar mi relato con una
serie de preguntas trascendentes, con enjundia y conspicuas, muy conspicuas.
Helas
aquí:
¿Quién
de nosotros no ha sentido alguna vez lo que el gran escritor checo titulara: La
insoportable levedad del ser?
¿Quién
no ha dudado en alguna ocasión de su propia existencia, o se ha creído un ente
errante, fantasmal, un simple y fugaz pensamiento perdido en la nada?
¿O
quién de nosotros en algún momento, no ha pensado que está en una superpoción
de estados? Es decir, vivo y muerto al mismo tiempo, como el gato de
Schrödinger
¿Quién
no?
¿Todos?
¡Pues
no!
Yo,
no.