¡MALDITO INFORTUNIO!
Antes de revelarles el origen
de las monarquías en el mundo, quisiera hacer un pequeño homenaje a las personas que con desvelo, trabajo y fortuna dieron respuesta
a tan transcendente cuestión en el devenir sociopolítico de la humanidad.
Dos personas que por afortunados
acontecimientos (Oh, los avatares de la vida) incrementaron, como aquel que no
quiere la cosa, el acervo cultural del género humano. (Ahí es nada, señores)
Y
esas personas no son otras que mi cuñado y un zahorí extremeño.
Sí, el primero, hijo mayor de
mi suegra, el hermano menor de mi querida esposa.